
En los últimos tres artículos he resaltado la importancia de cultivar intimidad en el matrimonio, a través de sostener conversaciones profundas, provocar tiempo de calidad, y caminar juntos conscientes de donde estamos y hacia dónde vamos. Ninguna de estas hermosas cualidades del matrimonio desplaza el buen sexo, el puro sexo puro, como diría la Dra. Cornelia Hernández.
Por lo que antes de hablar de estrategias para recuperar un buen sexo en nuestro matrimonio, es necesario seguir explorando la pasión más allá del sexo, considerando dos advertencias: ¡No postergues tu matrimonio! ¡Ama en maneras que sean significativas para tu pareja!
No postergues tu matrimonio
Aunque no lo creas, las responsabilidades diarias que consideras abrumadoras, se ordenan cuando te atreves a defender tus prioridades. Según el uso de tu tiempo diario, ¿Cuáles son tus prioridades? ¿A qué cosas o personas dedicas más tiempo? Si tu esposo no está en primer lugar, ¿Qué acciones tomar para devolver tu matrimonio al lugar que le pertenece en la escalera de tus prioridades?
Reconocer que has actuado incorrectamente. Pedir perdón y perdonarte. El primer paso para provocar un cambio es reconocer que lo necesitamos. El segundo es no delegar en otros el provocar dicho cambio, ¡debemos asumir responsabilidad! Es importante que hagan este ejercicio mutuamente, que se escuchen y comuniquen las veces que se han sentido ofendidos por algo que han hecho o dejado de hacer. Y se perdonen.
Asumir un compromiso Comprométanse a amar en formas que sean significativas para ambos. Para esto es necesario que se permitan ser vulnerables y expresen a su pareja cuando se sienten o no amados. Cuales acciones de las que realiza o no su pareja llenan su tanque de amor.
Oren juntos Se lee tan sencillo y hasta lo damos por sentado. Pero, si tienes varios años de matrimonio coincidirás conmigo en que no hay manera que podamos mantenernos juntos hasta que la muerte nos separe si Dios no está en el centro de nuestro matrimonio.
Ama en maneras que sean significativas para tu pareja
Es vital que entendamos y valoremos las necesidades de nuestro conyugue, ¿Cuáles son? El apóstol Pablo las resume en amor para la mujer y respeto para el hombre:
“Por eso les repito: cada hombre debe amar a su esposa como se ama a sí mismo, y la esposa debe respetar a su marido.” (Efesios 5:33)
La pasión comienza a sufrir cuando insistimos en amar a nuestro conyugue de la manera que yo me siento amado:
Como mujeres, entendemos que expresamos nuestro amor asegurando que nuestros esposos tengan que vestir, que comer, un lugar acogedor al cual llamar hogar. Sin embargo, ellos pueden que estén sintiendo una falta de amor pues no tienen a su mujer disponible cuando así lo desean, no pueden salir con sus amigos sin antes tener una conversación sarcástica con su esposa, no pueden dedicar tiempo a lo que les gusta sin ser etiquetado de injusto.
Los hombres, entienden que expresan amor cuando proveen para suplir las necesidades del hogar. Cuando asienten a cada plan formulado por la esposa. Cuando cumple con cada responsabilidad que se le asigna. Sin embargo, ellas pueden estar sintiendo una falta de amor al no ver iniciativa y presencia consciente.
La mujer entiende que le aman cuando se está conscientemente presente. El hombre entiende que le aman cuando su espacio y deseos son respetados.
No postergar nuestro matrimonio y ser intencionales en amar de forma significativas para nuestra pareja se traduce en una mejora exponencial en nuestra convivencia diaria, lo que dará lugar a tener una intimidad sexual valiosa.
Hay libros que marcan un antes y después en tu matrimonio. Puro sexo puro de Cornelia Hernández es uno de ellos. En este libro, pude reconectar de nuevo con este hermoso regalo que Dios dio al matrimonio. ¡Te insto a adquirirlo y complementar este artículo con la lectura de este valioso libro!
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