Lo que nos enseƱa David sobre el adulterio
- yau_ortega
- Aug 1, 2023
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Cada dĆa la sociedad estĆ” siendo mĆ”s flexible sobre los estĆ”ndares morales, justificando el pecado si se realiza bajo ciertas condiciones. SegĆŗn la palabra de Dios, el pecado siempre serĆ” pecado sin importar quiĆ©n, cómo y por quĆ© se realice.
En este artĆculo conversaremos sobre el pecado del adulterio, el cual se refiere a la relación sexual voluntaria que practica una persona casada con alguien distinto a su pareja. ĀæPor quĆ© se considera pecado? Porque desobedece una instrucción dada por Dios, ademĆ”s de ofender el matrimonio, entidad creada por Dios:
āSea el matrimonio honroso en todos, y el lecho matrimonial sin mancilla, porque a los inmorales y a los adĆŗlteros los juzgarĆ” Dios.ā (Hebreos 13:4)
La expresión sin mancilla se refiere a sin deshonra, es decir en la intimidad sexual con nuestra pareja no puede haber deshonra, y creo que estaremos de acuerdo en que la deshonra es uno de los frutos principales del adulterio.
El rey David cometió pecado de adulterio con Betsabé, según lo relata 2 Samuel 11. A continuación 5 enseñanzas de esta historia en las que te invito a meditar:
No todas tus responsabilidades son delegables
Recientemente iniciĆ© un nuevo trabajo que me demanda mĆ”s tiempo, por lo que tuve que enlistar mis responsabilidades a fines de identificar cuales podrĆa delegar o desplazar. De forma casi automĆ”tica identifique: Cuidado del hogar, planificación y ejecución de comidas, cuidado del bebĆ©, espacios de conversación con mi esposo. Al releer la lista me percatĆ© que estaba delegando mi familia, algo que no iba a permitirme. AsĆ que replantee las cosas para que mi familia siguiera siendo parte de mis prioridades.
David delegó su autoridad como rey al decidir no ir a la batalla (2da Samuel 11:1) y alteró su sistema de prioridades, ademĆ”s de causar un desenfoque en su visión. David delegó sus prioridades para que alguien mĆ”s las cumpliera por Ć©l, abandonó la posición que ante Dios se habĆa comprometido a asumir (2da Samuel 5:6).
En tu matrimonio, ¿CuÔles responsabilidades estÔs delegando o aplazando? ¿EstÔ el deleitar y deleitarte en tu pareja en tus prioridades?
No hay excusas que justifiquen abandonar la posición que decidimos asumir ante Dios, aquel dĆa en que dijimos sĆ acepto en su altar.
El adulterio es cosa de dos
El relato bĆblico sobre el adulterio entre David y BetsabĆ© nos da poca información sobre la postura de BetsabĆ© ante la invitación al acto de adulterio. Sin embargo, es inevitable pasar por alto que nisiquiera intentó oponerse a la voluntad del rey (2da Samuel 11:4).
He tenido la desdicha de escuchar conversaciones en las que se comenta sobre un acto de adulterio haciendo referencia a un solo responsable, normalmente el que tiene una familia establecida. Pero, las dos personas que consuman el acto son autores del pecado, independientemente estƩn comprometidas o no con otra persona.
Aunque en el momento no veas consecuencias, no significa que Dios lo pasarĆ” por alto
Una de las actitudes del hombre (refiriĆ©ndome a mujer tambiĆ©n) que hacen estremecer mi corazón es como llaman bueno a lo malo y ademĆ”s profesan creer a Dios hasta el punto de encomendar a Ć©l sus frĆvolos planes. Ā”Es tanta la ceguera y dureza de corazón que hemos llegado a creer que Dios debe servir a nuestros planes y deseos! Bien lo advirtió JesĆŗs en Mateo 12:34
āCamada de vĆboras, Āæcómo pueden ustedes que son malos decir algo bueno? De la abundancia del corazón habla la boca.ā
El hecho de que Dios en medio de tu pecado estƩ guardando silencio no significa que estƩ asintiendo y mucho menos ignorando tus actos. En su tiempo emitirƔ juicio sobre ti y deberƔs responder por tus acciones.
David creyó haberse salido con la suya hasta que recibió al profeta NatÔn quien le confrontó y estableció el juicio de Dios sobre él (2 Samuel 12).
El adulterio tendrĆ” consecuencias para tus generaciones
Pecar es un acto cargado de egoĆsmo, al cometerse se piensa solo en las consecuencias que pudiese generar para uno mismo y astutamente se diseƱan estrategias para mitigar dichas consecuencias. Pero poca o ninguna vez se piensa en las consecuencias que ese pecado tendrĆ” para otros.
Al enterarse David de que BetsabĆ© estaba embarazada diseñó mĆ”s de un plan para evitar se supiese que el niƱo era de Ć©l (2da Samuel 11:6-25). En ningĆŗn momento pensó en el bienestar de ese niƱo hasta que se ve en el difĆcil momento de vivir el juicio de Dios: La muerte del niƱo (2da Samuel 12:15-17).
Y, no solo tuvo que enfrentar esta muerte sino que conforme le habĆa dicho el profeta, la espada nunca se separó de su casa (2 Sam 12:10; 2 Samuel 13; 2 Samuel 18).
En Cristo hay redención
Al ser confrontado por el profeta, David volvió en sà y se arrepintió de haber adulterado, y proclama el salmo 51:
āApiĆ”date de mĆ, oh Dios, por tu amor, por tu gran compasión borra mi falta; lĆmpiame por entero de mi culpa, purifĆcame de mis pecados.ā
Aceptó con humildad el juicio de Dios y lo soportó aferrado a la misericordia de Dios. No huyó, mĆ”s bien reconoció que justos habĆan sido los juicios que sobre Ć©l habĆan venido (Salmo 51:4).
El Señor restituyó a David y Betsabé al permitir el nacimiento de Salomón (2 Samuel 12: 24-31), quien fue heredero de David y de quien desciende Jesús.
Siempre la gracia de Dios serĆ” mucho mayor que nuestro pecado.
”Hablemos! ¿A qué te invita a reflexionar estas enseñanzas?