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El matrimonio no es garantía de pureza

Writer's picture: yau_ortegayau_ortega


Es una ilusión pensar que la lucha por la pureza se acaba en cuanto una persona se casa. El matrimonio hasta se puede convertir en una trampa. Muchos jóvenes piensan que todos sus problemas se resolverán en el momento en que se casen, pero la realidad es que muchos problemas sólo comienzan en ese mismo instante.¹”

Tuve una relación de noviazgo de 10 años con mi esposo, y podrás imaginar que siendo ambos cristianos, en más de una ocasión nos encontrábamos corriendo de nuestros propios deseos. Al definir fecha para casarnos, por un momento pensé que ya no tendría que batallar por controlar esos deseos, ¡sería libre para darles riendas sueltas!


Efectivamente, no tuve que batallar más en controlar el deseo hacia mi esposo, pero sí se presentó de manera constante el batallar por controlar otros deseos:

  • Hacer las cosas a mi manera

  • Manipular

  • Buscar mi propia ventaja e independencia

  • Ser el centro de mi matrimonio


Como cristianos nuestra meta no es únicamente llegar al matrimonio sin haber tenido relaciones sexuales, también debemos procurar llegar con un corazón puro.

“Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios” (Mateo 5:8)


¿Qué es un corazón puro?

“El que se ha entregado por completo a Jesús, para que solo él permanezca en su interior. Está libre de maldad y de su propia virtud.¹”

La batalla más fuerte en el noviazgo no es contra el deseo de entregar nuestro cuerpo, es contra la inclinación constante a entregar nuestra mente y corazón a todo aquello que pareciese generarnos placer, y esta batalla se mantiene ferozmente en el matrimonio. Somos prontos en abrazar pensamientos que satisfagan nuestra necesidad de placer y dar la espalda a la necesidad profunda de entregarnos a Jesús por completo.


Por lo que si aún estás en el noviazgo, se intencional en cultivar hábitos que te permitan enfocarte cada día en llenar tu corazón de Jesús. Si ya estás en el matrimonio, nunca es tarde, toma propósito para identificar cuales disciplinas espirituales practicar para mantener tu mirada en Jesús.


Es nuestra tarea entregar nuestro corazón a Dios de forma intencional cada día, y él se encargará de purificarlo, de hacerlo conforme a él.


¿Cuáles hábitos y disciplinas espirituales has implementado o necesitas implementar en tu relación?


¹Libro Un llamado a la pureza, de Johann Christoph Arnold




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