
Dios nos deja claramente descrito lo que es y no es el amor en 1 Corintios 13: 4-7 NTV
El amor es paciente, bondadoso, se alegra con la verdad, nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.
El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas. No se alegra de la injusticia.
En la ausencia de las cualidades que describen lo que es el amor o en la presencia de las cualidades que describen lo que no es el amor, residen múltiples tumores que van carcomiendo las relaciones, en silencio y sin síntomas aparentes.
Suele asumirse que el amor que describe 1 corintios 13 solo puede ser expresado por Dios, que el ser humano no es capaz de amar así. Por lo que el hombre, refiriéndome a hombre y mujer, se justifica en un amor mediocre que tiene como medida de excelencia su propio bienestar. Se compromete y sacrifica solo hasta donde pueda visualizar alguna ganancia para su ego, ignorando de forma deliberada lo citado en Filipenses 2:3-5 NTV:
“No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás. Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús.”
El egoísmo es el cáncer del matrimonio.
Aún las buenas acciones que la persona realiza para su pareja, en su mayoría, suelen buscar que se le exalte por lo bien que desempeña su rol, más que el ayudar desinteresadamente a su pareja.
¿A qué se debe esto?
A lo que consume. Gran parte del tiempo lo invierte consumiendo solo contenido de cómo mejorar en las diferentes áreas de su vida, por lo que alimenta la necesidad del YO de imponerse en cada una de esas áreas. Mientras, que consume poco o ningún recurso que le invite a despojarse, humillarse, servir por amor y obediencia a Cristo.
La palabra sacrificio ya no suele utilizarse en el matrimonio como referencia de lo que le costó a Cristo que tuviésemos hoy el privilegio de amar, sino que se utiliza para referirse a lo que cuesta soportar ese “privilegio”.
¿Cuáles consecuencias trae el egoísmo al matrimonio?
La persona se ensimisma hasta invalidar las necesidades de su cónyuge. De forma inconsciente se desconecta de su pareja dificultando la comunicación y toma de decisiones. Y, lo más peligroso, desplaza a Dios del centro para hacer las cosas a su manera.
¿Cómo podemos desarraigar de nuestros corazones el egoísmo?
En un acto de renuncia diario que solo puede realizarse si se anda en el Espíritu Santo:
“Pues ustedes, mis hermanos, han sido llamados a vivir en libertad; pero no usen esa libertad para satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa. Al contrario, usen la libertad para servirse unos a otros por amor… Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa.” (Gálatas 5:13; 16 NTV)
La libertad dada en el matrimonio, es para servir al cónyuge y así obedecer la voluntad de Cristo.
Solo hay una forma de atacar el cáncer del egoísmo en el matrimonio: Menguar yo para que Cristo viva en mí (Juan 3:30)
Espero este artículo te invite a reflexionar y actuar, ¿te atreverías a discutirlo con tu pareja?
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